Con bombos, platillos y una cuadrilla de obreros apurados, el municipio salió a instalar semáforos en la esquina de 58 y 81, una zona clave del Barrio Sudoeste. La medida llega después de años de reclamos de los vecinos, no por una gestión previsora, sino porque la Oficina Móvil pasó por ahí y alguien tomó nota de la queja. El intendente Arturo Rojas ahora corre detrás de los problemas como si recién se enterara que el sur de la ciudad también existe.
Mientras el gobierno local se llena la boca hablando de “ciudad ordenada y segura”, lo cierto es que el asfalto que hoy promocionan como logro fue hecho en la gestión anterior… del propio Rojas. Sí, siguen vendiendo las mismas obras como si fueran nuevas. Y ahora suman un semáforo que llega tarde, a una zona donde el tránsito desbordó hace rato y los accidentes estaban a la orden del día.
Desde la Municipalidad insisten en que “responden a demandas vecinales”, pero los vecinos ya saben que si no gritan fuerte o no hay acto con prensa, nadie los escucha. En lugar de planificar, Rojas vive de los remiendos. Esta vez fue un semáforo… mañana, quién sabe. Eso sí: la foto para redes no va a faltar.