Drama en el Congreso: mientras millones de jubilados esperan un respiro en sus bolsillos, los diputados se enfrentan a una pulseada política sin cuartel. La oposición intenta a toda costa juntar quórum para debatir una suba de haberes, pero el Gobierno ya mostró los dientes: si se aprueba, lo veta. Así de simple. Nada de medias tintas en la Casa Rosada.
Con la sesión prevista para este miércoles al mediodía, el escenario está más dividido que nunca. Entre proyectos para subir las jubilaciones, reactivar la moratoria previsional y declarar emergencias por discapacidad e inundaciones, los bloques opositores buscan llegar a los 129 presentes. Pero desde el oficialismo llaman uno por uno a los gobernadores para que sus diputados ni se asomen al recinto. El plan es claro: dejar la sala vacía… y el proyecto, enterrado.
Entre los grandes ausentes ya confirmados están los libertarios de Milei, el PRO, y parte de la UCR, más preocupados por no “gastar de más” que por los abuelos que cobran miserias. Mientras tanto, los jubilados siguen esperando un milagro legislativo. Y el Ejecutivo, con la lapicera lista para el veto, demuestra que en esta guerra, la política va primero… y la gente, última.