“¡LOS VAMOS A MATAR!”, GRITARON MIENTRAS GATILLABAN EN LA BOCA DE LAS VÍCTIMAS
Un brutal asalto sacudió la madrugada del domingo en Quequén, donde la madre y el hermano de Patricia Laorca —candidata a concejal por la CO.PE.BO— fueron torturados por al menos tres encapuchados armados. Los delincuentes irrumpieron en la vivienda, reventaron la tranquilidad con gritos, golpes de fierro y una amenaza espeluznante: “¡Den la plata o los matamos!” Gatillaron en seco, humillaron y se llevaron el dinero destinado al tratamiento médico del padre de Laorca, hoy en grave estado.
Las víctimas fueron golpeadas salvajemente, una de ellas quedó inconsciente tras los ataques. Laorca, completamente devastada, apuntó directo a la Justicia: “La policía hace lo que puede, pero los fiscales y jueces sueltan a los delincuentes como si fueran imprescindibles para la sociedad”. Y disparó otra frase lapidaria: “Esto no es hambre, es maldad. Y debe pagarse.”
La candidata fue clara: la inseguridad ya no distingue entre ciudadanos ni dirigentes. “Mi papá está al borde de la muerte. Cada minuto sin tratamiento es una hora menos de vida. ¿Y mientras tanto? Los políticos de siempre aparecen sólo cuando hay votos en juego. Después desaparecen como fantasmas.” Un episodio que desnuda, con crudeza, el caos que viven muchas familias bonaerenses atrapadas entre el abandono y la violencia.