Pablo Moyano renunció a su puesto en la CGT

Pablo Moyano renunció a su puesto en la CGT, marcando el fin de su permanencia en la central obrera y abriendo una nueva etapa en el sindicalismo argentino. Su alejamiento se debe a una creciente disputa con su padre, Hugo Moyano, quien no apoyó las posturas más radicales de Pablo, como el llamado a un paro contra el Gobierno. Esta fractura familiar también reflejó tensiones dentro de la CGT, donde se consideraba inevitable la división.

Tras la renuncia de Pablo, se perfilan posibles sucesores dentro del Sindicato de Camioneros, como Omar Pérez (alias “Manguera”), quien es parte clave de la estructura gremial de los Moyano. Sin embargo, Pérez enfrenta un proceso judicial por extorsión relacionado con un bloqueo a una empresa. Otra opción es Hugo Moyano hijo, “Huguito”, quien podría ser el nuevo líder de la CGT, aunque su falta de experiencia en la gestión sindical es un factor a considerar.

La renuncia de Pablo Moyano debilita a la facción más combativa del sindicalismo, favoreciendo a los dirigentes más moderados y al Gobierno, que celebra la salida de un opositor radical. Sin embargo, algunos sectores del sindicalismo duro, como la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT), podrían continuar promoviendo medidas de fuerza, lo que mantiene en vilo el futuro del sindicalismo argentino.

El futuro de Pablo Moyano es incierto, aunque se especula con su posible incursión en la política, con miras a las elecciones de 2025. Mientras tanto, su salida de la CGT marca el fin de una era para el sindicalismo combativo, dejando un vacío de poder y una batalla por definir quién ocupará el liderazgo de la central.