En un acto emotivo, los restos de Jorge Lanata fueron trasladados desde la Casa de la Cultura de Buenos Aires al Cementerio Campanario Jardín de Paz en Florencio Varela. Familiares, colegas y seguidores se reunieron para rendir homenaje al icónico periodista, quien falleció el 30 de diciembre tras una larga lucha contra problemas de salud. El velatorio, que comenzó en la noche del lunes, contó con una multitud de personas que se acercaron para dar el último adiós a una figura que marcó la historia del periodismo argentino.
La despedida estuvo cargada de momentos conmovedores. Alrededor de las 11 de la mañana del martes, el coche fúnebre llegó a Avenida de Mayo, donde los presentes formaron un pasillo para acompañar su salida con aplausos y cánticos en su honor. Algunos entonaron el Himno Nacional como gesto de respeto a quien consideraban un defensor incansable de la democracia. Su esposa, Elba Marcovecchio, y sus hijas, Bárbara y Lola, acompañaron el cortejo, manteniéndose en silencio ante los medios, pero dejando entrever su profunda tristeza.
El traslado se realizó en un ambiente solemne, mientras figuras del ámbito periodístico, como Luis Majul y Alfredo Leuco, se acercaron a expresar sus condolencias. Lanata será recordado no solo por su talento y su valentía para cuestionar el poder, sino también por el impacto que tuvo en quienes lo conocieron y lo siguieron. Su partida deja un vacío en el periodismo, pero su legado perdurará en la memoria colectiva.