¡Sin debate y a las corridas! La Legislatura bonaerense aprobó la suspensión de las PASO para las elecciones locales, dejando en offside al propio gobernador Axel Kicillof, que se quedó masticando bronca porque no le tocaron ni una coma al calendario electoral que había pedido cambiar.
El escándalo político no tardó en estallar: mientras el peronismo se tironea puertas adentro, Cristina y Máximo Kirchner apretaron el acelerador para bloquear cualquier intento de adelantar las elecciones. Resultado: se votó el fin de las primarias, pero sin tocar los plazos, dejando a Kicillof colgado del pincel y a la Junta Electoral corriendo contrarreloj para inventar un cronograma viable.
Con internas que arden y un calendario que hace agua, la política bonaerense volvió a mostrar su peor cara: peleas, apuros y decisiones clave tomadas entre gallos y medianoche. Ahora, todos cruzan los dedos para que la reunión del martes salve el desastre… aunque, tratándose de la provincia, todo puede empeorar.