En una jugada que cayó como baldazo frío sobre los usuarios madrugadores, desde hoy viajar por la Ciudad de Buenos Aires cuesta más… mucho más. Colectivos, subtes y peajes arrancaron diciembre con aumentos que mezclan inflación, recortes y un empujón extra de 2 puntos “para ir dejando los subsidios atrás”. Resultado: el subte rompe la barrera de los $1.200 por viaje, el colectivo mínimo en CABA queda en $593, y en Provincia se dispara a $658 gracias a un tarifazo del 14,8%. Una verdadera ruleta rusa para el bolsillo.
Mientras los conductores ajustan el aire y los usuarios ajustan sus cuentas, los peajes también se suman a la fiesta: en hora pico, pasar por Perito Moreno o la 25 de Mayo costará cerca de $5.000, y por la Illia más de $2.000. Y eso que son “los valores afuera de subsidios”, según justifican. El Gobierno porteño defiende los aumentos alegando que el sistema cubre solo parte de los costos reales y que necesitan seguir adelante con su plan de modernización, cámaras nuevas, validadores para tarjetas, celulares, tarjetas de crédito, y hasta colectivos eléctricos para recorrer el Microcentro en silencio… aunque no precisamente gratis.
En la Provincia la ola es aún más grande: nuevo cuadro tarifario, actualización automática por inflación, y el viejo fantasma del “ajuste extraordinario”. Para quienes no tienen registrada la SUBE, los precios directamente se van al techo, con boletos mínimos que superan los $1.000. Solo quienes cuentan con el Atributo Social esquivan parcialmente la suba. Así, entre tarifazos, tecnicismos y promesas de flotas futuristas, el AMBA arranca diciembre con una certeza: viajar no será fácil… y tampoco barato.