La Usina Popular Cooperativa (UPC) de Necochea vuelve a enfrentar cuestionamientos por supuestas irregularidades en la gestión de sus recursos. En esta ocasión, las acusaciones señalan a un empleado con varios años de antigüedad en la entidad, quien habría utilizado una camioneta de la cooperativa para retirar cereal de un campo, bajo el pretexto de solucionar fallas eléctricas. El sistema quedó expuesto gracias a un medidor inteligente que detectó las anomalías y las reportó automáticamente a una computadora central.
El escándalo no solo involucra al empleado, sino también a un consejero de la administración de la UPC, identificado como un jubilado de Luz y Fuerza con estrechos vínculos con el presidente de la cooperativa, César Arrieta. Las denuncias indican que el cereal extraído se destinaba a la alimentación de palomas, un hecho que ha generado indignación y sospechas sobre la posible participación de otros integrantes de la cúpula directiva. Pese a que el empleado fue apartado de su cargo, la comunidad exige que se apliquen sanciones similares al consejero involucrado.
Este caso se suma a una larga lista de controversias que sacuden la imagen de la UPC, entre ellas, las acusaciones de sobreprecios en las facturas de electricidad, las cuales aún no han sido esclarecidas. La falta de transparencia en la gestión de la cooperativa ha generado un fuerte malestar en la población, que ahora reclama mayor rendición de cuentas. Las autoridades de la entidad se enfrentan a una creciente presión social para tomar medidas concretas que garanticen la integridad de la administración y devuelvan la confianza a la comunidad.