Señales viejas, promesas nuevas: otra vez el maquillaje electoral en las calles

La Municipalidad volvió a desempolvar su viejo libreto: en plena campaña se multiplican los carteles, reductores de velocidad y anuncios de semáforos “modernos” para aparentar gestión. Esta vez, los trabajos se concentran en Necochea y Quequén, donde colocan nuevas señales de tránsito y pintan paradas de taxi, como si con eso se resolviera el caos vial que sufre la ciudad desde hace años.

Pero la historia se repite. Ya en la elección anterior se llenaron las esquinas de señalética que terminó destrozada o abandonada a los pocos meses. Hoy la mayoría de esos carteles están oxidados, borrados o directamente no sirven más. Una muestra clara de improvisación: se gastan recursos en medidas que no duran ni una temporada y cada elección vuelve la misma puesta en escena.

Mientras anuncian la compra de un nuevo semáforo para la esquina de 75 y 68, los vecinos ven cómo el tránsito sigue siendo un desorden total. Lo que debería ser una política seria de seguridad vial se convierte en un decorado de campaña, con promesas recicladas y obras de utilería. Una vergüenza que desnuda la falta de planificación real: señales que duran menos que la campaña que las anuncia.