En su clásica aparición de aniversario, Arturo Rojas se dio una vuelta por Claraz para felicitar a los vecinos… y de paso, victimizarse un rato. Frente a la plaza, el intendente aprovechó el acto por los 116 años de la localidad para repartir culpas al Gobierno nacional, hacer autobombo con leasing municipales y prometer lo de siempre: más trabajo, más empatía y más construcción colectiva (aunque se aparezca solo para la foto).
Mientras los caminos rurales siguen intransitables y Claraz se mantiene en el olvido durante 364 días del año, Rojas hizo gala de su oratoria para pintar de épica la compra de unas máquinas con plata prestada y recordar que, aunque no llega “ni una sola obra” desde Nación, él sigue poniendo la cara. Lo que no dijo es cuántas veces lo hizo cuando no había cámaras o escenario.
La frutilla del postre fue su guiño electoral disfrazado de solidaridad: “Mientras algunos promueven una libertad egoísta, nosotros elegimos la empatía”, lanzó, olvidando que los vecinos llevan años esperando empatía en forma de servicios básicos. Eso sí, para el fiestón de noviembre prometió artistas y ferias… porque cuando la gestión no alcanza, siempre se puede tapar el barro con bombitas y escenario.