En modo campaña permanente, el intendente Arturo Rojas desempolvó su caballito de batalla: la Oficina Móvil. Esta vez, el operativo desembarcó en el barrio Seis Esquinas de Quequén con una escenografía repetida: carpa, micrófono, fotos con vecinos y un par de servicios municipales de ocasión. Entre vacunas, botones antipánico y salud pública a la carta, el jefe comunal aprovechó para reforzar su discurso de “cercanía”, aunque muchos se preguntan si alcanza con visitas esporádicas para tapar la ausencia de soluciones de fondo.
El evento también sirvió para sumar a directivos de UNICEN y de la Cooperadora del Hospital Municipal, con quienes Rojas mantuvo un “diálogo constructivo”. Mientras tanto, los vecinos aprovecharon para plantear reclamos de siempre: calles rotas, falta de servicios básicos y promesas incumplidas. El intendente escuchó, tomó nota, y prometió… otra vez. La postal perfecta para un modelo de gestión que pone más energía en el marketing que en resolver los problemas reales del distrito.
Botones antipánico, vacunas y un par de sillas plegables no hacen una transformación. Pero para el gobierno municipal, alcanza para una jornada de fotos y titulares. Rojas sigue apostando al “contacto directo”, aunque los vecinos ya saben que el verdadero problema no es la distancia… es la falta de respuestas.