El Concejo Deliberante de Necochea amaneció hecho un campo de batalla tras un violento robo en plena madrugada. Los delincuentes entraron por una ventana trasera, arrasaron con un depósito y se llevaron herramientas como un taladro y una amoladora. Pero la cosa no terminó ahí: destrozaron puertas, forzaron accesos y avanzaron sin freno por los pasillos del edificio.
El lugar más golpeado fue nada menos que el bloque de Fuerza Patria, la pata kirchnerista en el Concejo, donde los ladrones se alzaron con dos monitores y reventaron una ventana. Un episodio que no solo muestra la falta total de control, sino que expone la desprotección de una institución clave para la democracia local.
Mientras tanto, el intendente Arturo Rojas mira para otro lado, como si la inseguridad que desvela a los vecinos no existiera dentro de sus propias narices. Con los kirchneristas más ocupados en hacer campaña que en cuidar el patrimonio público, la situación en Necochea se vuelve insostenible: los chorros entran hasta el corazón del poder político sin que nadie se haga cargo.