Un vecino de Balcarce terminó viviendo una auténtica pesadilla dominguera cuando volvió del evento NecoRun y encontró su Ford Maverick convertida en un blanco perfecto para ladrones oportunistas. Un vidrio hecho trizas, el interior revuelto como si hubiera pasado un huracán y, peor aún, una mochila negra que había sido llevada como botín: tablet incluida, tarjetas varias y efectivo cuyo monto aún está por confirmarse.
El golpe ocurrió en la zona del río, donde el propietario había dejado estacionado el vehículo mientras disfrutaba del evento deportivo. Los delincuentes actuaron con rapidez quirúrgica: rompieron una de las ventanillas, revisaron cada rincón y se llevaron lo que pudieron en pocos minutos. Cuando el dueño llegó, la escena hablaba por sí sola: cristal desparramado por todos lados y un evidente faltante de pertenencias.
Sin perder tiempo, la víctima radicó la denuncia formal y detalló cada uno de los objetos robados, en un intento por encaminar la investigación y dar con los responsables. Ahora, la policía trabaja sobre los datos aportados por el damnificado, mientras en la zona crece la preocupación por este nuevo episodio delictivo que empañó un día que debía ser de deporte y disfrute.