Matías Sierra, candidato a concejal por Nueva Necochea, volvió a los micrófonos para repetir el libreto de siempre: la famosa “boleta corta” y los supuestos logros financieros del intendente Arturo Rojas. En su paso por un programa radial, se mostró más preocupado por blindar la gestión actual que por ofrecer propuestas reales para los vecinos que caminan todos los días entre calles de tierra, baches y promesas incumplidas.
El candidato habló de “orden financiero” y hasta sacó pecho por un leasing para comprar un Arco en C y maquinaria vial, como si ese fuera el gran salvavidas de la ciudad. Mientras tanto, la realidad es que Necochea y Quequén siguen esperando obras de fondo y no anuncios maquillados para la foto. Sierra, lejos de cuestionar, se encolumna detrás de un intendente que acumula seis años de gestión con más excusas que soluciones visibles.
El discurso de “menos empleados y más servicios” suena bien, pero no tapa el descontento en la calle. Proyectos como balnearios de río o habilitaciones exprés para locales menores a 100 metros se lanzan como caramelos de campaña, mientras la gente sigue sin ver cambios concretos. Al final del día, Sierra parece más un vocero de Arturo Rojas que un candidato independiente: dos caras de la misma moneda que insisten en vender orden donde solo se ve estancamiento.