Mientras los baches se multiplican y los vecinos esquivan pozos como si jugaran a la rayuela, el EMSUR (Ente Municipal de Servicios Urbanos y Rurales) volvió a la carga con algunas obras de mantenimiento en puntos estratégicos de Necochea y Quequén. En una carrera contra el deterioro urbano, las cuadrillas municipales trabajaron entre el 17 y el 27 de junio para remendar parte del caos vial que reina en la ciudad.
En Necochea, se realizaron tareas de repaso sobre arterias como la avenida 91, la 10 y la 58, aunque muchos conductores aseguran que los arreglos llegan tarde y son apenas “aspirinas para una fractura”. La promesa es mejorar la transitabilidad, pero la realidad muestra que en varios sectores el pavimento sigue en ruinas y los parches son más visibles que efectivos.
Del otro lado del río, en Quequén, la situación no es muy distinta. El EMSUR intervino en tramos de la calle 504 y la avenida 531, donde además se hicieron algunos bacheos de emergencia. Desde el entorno del intendente Arturo Rojas aseguran que las obras son una muestra de compromiso con los vecinos. Sin embargo, muchos se preguntan si estos trabajos son parte de una solución real o apenas maquillaje para una infraestructura que viene pidiendo auxilio hace rato.