Necochea se acuerda de los baches… justo antes de votar

Después de años de pozos, calles rotas y vecinos esquivando cráteres como si fueran obstáculos de rally, de repente apareció un operativo “milagroso” de bacheo en el microcentro. Asfalto en caliente, máquinas, rodillos y cuadrillas por todos lados. ¿La casualidad? El operativo llegó justo una semana antes de las elecciones. Y claro, a cualquiera le da vergüenza.

El municipio ahora corre contra reloj, parchando lo que ignoró durante años. Dicen que trabajan entre calles 56 y 78 y de 63 a 55, como si estuvieran reconstruyendo Roma en un fin de semana. La postal es clara: máquinas por todos lados, promesas de “seguridad vial” y funcionarios apurados sacándose fotos para mostrar que hacen algo.

Pero los vecinos no compran el relato. Saben que después del domingo volverán los pozos, las calles olvidadas y el abandono de siempre. El bacheo preelectoral es como maquillaje barato: dura poco, se nota demasiado y encima deja en evidencia a un municipio que solo se mueve cuando hay urnas de por medio. Necochea no necesita parches, necesita gestión.