MULTAS Y CABALLERÍA: ROJAS SACA PECHO MIENTRAS LA CIUDAD SE DESMORONA

Con más cámaras que resultados, el intendente Arturo Rojas volvió a montar su clásico circo de controles de tránsito este fin de semana, como si secuestrar motos fuera sinónimo de gestión. Mientras los barrios siguen a oscuras, las calles parecen trincheras y el transporte público es un desastre, el municipio celebra con bombos y platillos haber labrado 77 actas y retenido 45 vehículos… como si eso resolviera algo.

El operativo —que incluyó desde Tránsito hasta Caballería, pasando por Drogas Ilícitas— parece más una escena de película que una política seria. ¿La razón? Reforzar “la presencia territorial” con uniformes y flashes, pero sin soluciones reales para el caos vehicular diario, los piquetes de tierra en los caminos rurales o la falta de controles durante la semana. Rojas quiere mostrar firmeza, pero solo logra exhibir improvisación y oportunismo.

Mientras se inflan los números de actas como si fueran trofeos, los verdaderos problemas siguen sin atenderse: zonas liberadas, autos truchos circulando todo el día y vecinos hartos de que el municipio solo aparezca para castigar, nunca para ayudar. Porque claro, es más fácil hacer operativos teatrales que gobernar con seriedad.