Desde la costa y sin pelos en la lengua, Guillermo Montenegro les tiró con todo a sus excompañeros del PRO. El intendente de General Pueyrredón —hoy alineado con La Libertad Avanza y candidato a senador provincial— mandó a guardar a los egos del partido amarillo con una frase tan filosa como efectiva: “Muchachos, no jodan”. En un país donde los acuerdos se cocinan a fuego lento y con cuchillos largos, Montenegro dejó en claro que esta vez no hay lugar para “roscas de oficina” ni candidaturas decorativas.
Montenegro, que fue uno de los artífices del pacto LLA–PRO en la provincia, ahora pide orden en la Ciudad de Buenos Aires, donde todavía se sacan chispas tras la derrota del macrismo en las legislativas de mayo. Y no se guardó nada: acusó al kirchnerismo de “hacer trampa”, recordó el famoso “corte de luz” de las internas y dijo que si siguen peleándose entre ellos, solo ayudan a que vuelva “el pasado que ya sufrimos todos”. Montenegro habla claro y sin maquillaje: “Esto no se trata de un cargo más o menos, se trata de sacar al kirchnerismo de una vez por todas”.
¿Y su candidatura? Nada de dibujitos ni fuegos artificiales: “No es testimonial, voy a asumir y a dejar la intendencia cuando llegue el momento”, remató. En un país donde sobran los que prometen y no cumplen, Montenegro al menos pone el cuerpo. Mientras en Capital siguen viendo quién se sienta primero en el banquete, en Mar del Plata ya están cocinando el futuro. Y el mensaje es claro: o se ordenan, o se hunden todos juntos.