Con una votación sin fisuras y por aclamación, la OEA le dio un espaldarazo al reclamo argentino por las Islas Malvinas, instando al Reino Unido a reabrir las negociaciones de soberanía. La noticia fue celebrada por Javier Milei con euforia de acto patrio: “Nada de nacionalismo berreta, esto es diplomacia con resultados”, disparó desde su cuenta, marcando la diferencia con gestiones pasadas a las que tildó de patrioteras de cartón. En su clásico estilo, el Presidente convirtió el respaldo internacional en una victoria política personal.
La declaración llega luego de que también en la ONU se reafirmara el pedido de diálogo bilateral. El canciller Gerardo Werthein, en tono más diplomático, agradeció a los países del continente y habló de “una firme determinación” del Gobierno para recuperar las islas por la vía pacífica. Desde la Cancillería remarcaron que “las Malvinas son argentinas”, y destacaron el “trabajo silencioso” que permitió obtener este nuevo gesto del sistema interamericano.
Mientras tanto, en la arena local, Milei capitaliza el apoyo como un triunfo de su política exterior. “VLLC” (¡Viva la libertad, carajo!), gritó digitalmente, en un mensaje más de campaña que de cancillería. Lo cierto es que, por primera vez en mucho tiempo, el Gobierno argentino logró una foto internacional sin gritos ni papelones, y eso ya es noticia.