De golpe y por arte de magia, las cuadrillas de Obras Sanitarias aparecieron en cada esquina de Necochea como si nunca hubieran faltado. En apenas una semana, el municipio asegura haber resuelto más de 160 reclamos de agua y cloacas, reparado caños maestros, colocado metros y metros de cañerías y hasta fabricado tapas metálicas. Todo un despliegue que, curiosamente, coincide con la cuenta regresiva hacia las elecciones.
Vecinos que llevan años reclamando pérdidas de agua, calles rebalsadas y cloacas colapsadas miran con sorpresa cómo, de la noche a la mañana, EMSUR se convirtió en una máquina de eficiencia. ¿Casualidad? Nadie lo cree. El patrón es el mismo de siempre: meses de abandono y silencio, seguidos de un festival de fotos, comunicados y cuadrillas municipales multiplicadas justo cuando el intendente necesita votos más que nunca.
Mientras tanto, los problemas estructurales siguen sin resolverse y el maquillaje preelectoral no tapa el olor de los desagües ni los baches que siguen tragándose ruedas en cada barrio. El municipio jamás trabajó tanto como en estas semanas previas a las urnas, y todos saben que el ritmo frenético terminará el mismo día que cierren las mesas de votación.