En su última parada como Papá Noel del conurbano ampliado, Axel Kicillof desembarcó en San Cayetano con un combo de móviles policiales, un camión recolector, árboles y promesas. Junto al intendente Miguel Gargaglione, el gobernador bonaerense aprovechó para posar con las llaves, entregar escrituras y repartir anuncios como si la campaña ya hubiera empezado. “Estamos muy agradecidos los sancayetanenses”, dijo el jefe comunal, mientras los flashes apuntaban al verdadero protagonista del show.
Como parte del paquete de buena voluntad, también se incluyó la promesa de un Parque Solar para el balneario local, la futura adquisición de un equipo de rayos X mediante leasing, y la financiación de una Escuela Técnica. Todo muy sustentable, educativo y fotogénico. Kicillof, fiel a su estilo, sumó el anuncio del Programa Puentes para cursar el Tramo Pedagógico en el distrito. Eso sí, ninguna palabra sobre inflación, seguridad real o la desfinanciación municipal que afecta a otros distritos bonaerenses.
Lo que queda claro es que el gobernador no pierde oportunidad para salir al interior con una agenda llena de entrega y sin demasiadas preguntas. En plena disputa por recursos con la Nación, Kicillof apuesta a la cercanía con los intendentes para reforzar su imagen de gestor eficiente, aunque detrás del decorado los números no cierran y los problemas estructurales siguen sin resolverse. Un camión más, una promesa más… pero las soluciones siguen sin llegar al fondo del asunto.