En una semana más cargada de tecnicismos que de resultados visibles, la Dirección de Gestión Ambiental de Necochea, bajo el mando de Isabel Génova, se embarcó en dos operativos de manual. Primero, acompañaron a Control Urbano para revisar un depósito de fertilizantes líquidos, donde entre papeles, protocolos y miradas inquisitivas, intentaron asegurarse de que no sea una bomba de tiempo para el barrio. Se prometió trazabilidad, normativas y seguridad, pero por ahora, lo único tangible fue la recorrida con clipboards en mano.
La segunda parada del tour ambiental fue una planta de productos lácteos que recibió la visita conjunta de inspectores provinciales y personal municipal. Con lupa en mano, evaluaron desde efluentes hasta residuos, pasando por la infraestructura del lugar. Todo dentro de una coreografía reglamentaria que busca mostrar músculo en la fiscalización, aunque sin grandes anuncios ni sanciones. Mucho procedimiento, poca acción visible.
El operativo doble forma parte del “control efectivo” que promete la gestión ambiental local. Sin embargo, para muchos vecinos, sigue siendo una incógnita si estos movimientos realmente previenen daños o simplemente sirven para engrosar expedientes. Entre fertilizantes y olor a suero, lo que queda claro es que las industrias están bajo la lupa… al menos esta semana.