Después de años de abandono y telarañas, un rincón olvidado del Hospital Municipal “Dr. Emilio Ferreyra” está volviendo a la vida. Esta semana comenzaron las obras de refacción en el pasillo del área de Esterilización, pieza clave para que el flamante tomógrafo —el más esperado de los últimos tiempos— tenga su lugar de gloria. Todo apunta a que la máquina llegará antes de que termine abril, y las obras, que superan los 30 millones de pesos, ya están a toda marcha.
El Subsecretario de Obras Públicas, Lisandro Dones, recorrió la zona como un director de orquesta inspeccionando su escenario antes del show. “Este pasillo estuvo años convertido en depósito, pero ahora pasa a ser estratégico”, disparó. La jugada busca evitar que los pacientes crucen medio hospital para hacerse estudios, dándoles un acceso privado y ágil desde la Guardia, sin tanto paseo por los pasillos públicos.
El plan es ambicioso: pisos nuevos, instalaciones eléctricas, puertas relucientes y un entorno a la altura del equipamiento que se viene. La licitación fue ganada por una cooperativa local y el plazo estimado de finalización es de dos meses. Por ahora, el hospital late al ritmo de los martillos, y la expectativa crece: el tomógrafo no solo cambia la tecnología del Ferreyra, también empuja una transformación edilicia que nadie vio venir.