En un operativo digno de película, la policía de Necochea dio con un Ford Focus que escondía más secretos que un thriller de Hollywood. El coche, con patente falsa y números limados en motor, chasis y hasta en los vidrios, estaba estacionado en el mismísimo Predio de Tránsito de la Avenida 59. Tras un trabajo de peritos, se descubrió que el vehículo era buscado desde noviembre de 2022 por la Justicia de La Matanza.
El hallazgo dejó al descubierto un insólito entramado de robo y encubrimiento que llevaba casi tres años sin resolverse. El auto no solo estaba “maquillado” con dominio apócrifo, sino que había sido cuidadosamente adulterado para despistar cualquier control. Pero el cepillado de los números originales terminó revelando la verdad: era un coche con pedido de secuestro activo y tenía dueño desde hacía rato.
El último en tenerlo fue un hombre de 57 años que ahora enfrenta una causa por encubrimiento bajo la lupa de la UFI Nº1 de Necochea. Mientras tanto, el caso reabre el debate sobre el mercado negro de autos robados, que sigue operando a plena luz del día en el país.