El productor agropecuario y comerciante necochense, conocido por su compromiso con la educación para la paz, falleció a los 70 años tras enfrentar una enfermedad terminal.
Adrián Enrique Marcenac, fundador de las carnicerías “Lo De Marcenac”, marcó un antes y un después en su vida tras el trágico asesinato de su hijo Alfredo en 2006. Este hecho lo impulsó a convertirse en un referente nacional en la lucha por el desarme. civil y la construcción de una sociedad más pacífica.
Un legado nacido de la tragedia.
El 6 de julio de 2006, Alfredo Marcenac, de tan solo 18 años, fue víctima de un ataque indiscriminado en la avenida Cabildo, Buenos Aires, perpetrado por Martín Ríos, conocido como el “tirador de Belgrano”. Este doloroso episodio llevó a Adrián ya su esposa, Mónica Bouyssede, a fundar en 2007 la Asociación Civil Alfredo Marcenac , una organización dedicada a promover la educación para la paz y la erradicación de las armas en manos de civiles.
Compromiso y acción por la paz
Desde la asociación, Adrián lideró proyectos que alcanzaron a más de 3.700 estudiantes y 1.000 docentes , promoviendo métodos pacíficos de resolución de conflictos. Fue uno de los impulsores de la Diplomatura Universitaria en Educación para la Paz y Abordaje de la Conflictividad Social , dictada en la Universidad Nacional del Centro (UNICEN) en Quequén.
Marcenac también integró la Red Argentina para el Desarme , desde donde denunció la falta de control estatal sobre el armamento civil, alertando sobre los riesgos de una sociedad cada vez más armada. En 2018, cuestionó públicamente declaraciones de la entonces ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, sobre la portación de armas, calificándolas de “incentivo peligroso” que contradecía su lucha por reducir las muertes causadas por armas de fuego en el país.
Un ejemplo de resiliencia
Adrián será recordado no solo por su incansable labor como activista, sino también por su valentía al transformar el dolor en un compromiso por el bienestar común. Su lucha por el desarme y la educación para la paz dejó una marca indeleble en la sociedad argentina.
Abrazamos a su familia en este difícil momento y rendimos homenaje a un hombre que, desde la tragedia, eligió construir un legado de justicia, seguridad y paz. Su ejemplo seguirá inspirando a quienes buscan un mundo mejor.