Crisis laboral: 2.000 vecinos corren a las aulas para aprender un oficio

Cuando el trabajo escasea y el bolsillo aprieta, la gente busca sobrevivir como puede. En Necochea y Quequén, unos 2.000 vecinos ya se anotaron en cursos de formación profesional para tener una chance en el mercado laboral o animarse a armar su propio emprendimiento. Desde cortar el pelo hasta reparar autos, pasando por pastelería, community manager y hasta apicultura: la oferta es tan amplia como la necesidad de conseguir ingresos.

Los tres centros de formación locales (401, 402 y 403) hoy rebalsan de alumnos. En Quequén enseñan desde maquillaje hasta liquidación de impuestos, en la Técnica Nº 2 ofrecen desde electricidad y carpintería hasta organización de eventos, y en el Complejo Jesuita Cardiel el boom es el curso de acompañante terapéutico, una salida laboral con fuerte demanda. Nadie quiere quedarse atrás, y en plena crisis los oficios tradicionales se mezclan con cursos más modernos que antes parecían impensados.

La inscripción sigue abierta y cada vez más personas hacen fila para sumar un título oficial y, con suerte, un futuro más estable. Los talleres llegan a todos los rincones del distrito: Necochea, Santamarina, Fernández y La Dulce. Mientras tanto, la realidad golpea fuerte: la capacitación dejó de ser una opción para transformarse en la única tabla de salvación frente a un mercado laboral que no perdona.