La fiebre por el auto nuevo volvió, pero esta vez con una oferta que haría temblar a cualquier concesionaria del 2001: créditos prendarios al 0% de interés, sí, leyó bien, cero. Con una inflación en terapia intensiva y un mercado sediento de oxígeno, las terminales automotrices salieron a pescar clientes con la caña más tentadora: cuotas congeladas, montos millonarios y una gama de modelos que va desde el Renault Kwid hasta una Ford Ranger. En plena resurrección del consumo, la competencia no está en la velocidad del auto, sino en la del trámite.
Las marcas sacaron su artillería pesada. Renault te financia desde un eléctrico hasta una Alaskan, Ford apunta a su todoterreno estrella, Chevrolet mete primera con Onix y Tracker, y Nissan te sube a una Frontier con 0 drama en 24 cuotas. Pero eso no es todo: Peugeot, Citroën, Jeep, Fiat, Volkswagen y hasta DS compiten palmo a palmo en ver quién te presta más millones sin interés. En resumen, la guerra no está en la calle, está en el escritorio del vendedor.
El fenómeno ya se siente: los créditos directos de fábrica pasaron de ser la figurita difícil a representar casi el 40% de las compras prendarias. Con bancos que no despiertan pasiones y planes de ahorro que perdieron brillo, la financiación a tasa cero se transformó en la vedette del mercado automotor. ¿Conclusión? Si todavía seguís pateando tu sueño del 0 km, ahora no necesitás suerte… necesitás firmar. ¿Qué esperás para encender el motor?