La banda de rock más icónica del país, La Renga, vuelve a ser el centro de una controversia, esta vez en el Concejo Deliberante de la ciudad, donde se desató una acalorada discusión sobre su permiso para tocar en el Polideportivo Municipal. Mientras unos concejales celebraban a la banda como patrimonio cultural, otros desenterraron una supuesta “lista negra” de ciudades que habrían prohibido sus presentaciones por motivos aún más oscuros.
Desde Neuquén hasta Mar del Plata, pasando por La Plata y San Juan, La Renga carga con un historial de cancelaciones, suspensiones y lo que muchos califican como censura desacreditada . Alegando desde “falta de operatividad” policial hasta “problemas logísticos”, las autoridades no han dudado en poner piedras en el camino de sus recitales. ¿La razón? Según los propios integrantes de la banda, el odio y la discriminación hacia una de las mayores expresiones del rock nacional, que parece molestar a los sectores más conservadores.
Sin embargo, La Renga no se rinde. Con más de 50 mil personas llenando estadios, incluso en las condiciones más adversas, siguen demostrando que su música y mensajes son imparables. Mientras Necochea se prepara para su próximo “banquete”, el debate no es solo sobre un concierto, sino sobre la libertad misma de una banda que nunca se dejó domesticar. ¿Será esta su última batalla o un nuevo comienzo?