En una escena más digna de un western descontrolado que de una ciudad moderna, una vecina de Necochea terminó internada tras ser atropellada por un caballo desbocado… en pleno centro. La víctima, María Verónica Cappai, aún no sale de su asombro: “No me pegó un auto, ¡me arrolló un caballo en contramano!”, disparó desde su cama del hospital, con bronca, dolor y una moto destrozada que nadie se hace cargo de reparar.
El insólito episodio ocurrió cuando personal de Tránsito perseguía al equino por la calle 55… ¡en contramano! Según testigos y la propia Verónica, el animal estaba completamente alterado por la persecución. “Salió ciego del miedo, no me dio tiempo a nada”, relató. La moto, su única herramienta para trabajar, quedó secuestrada, y lo único que pide la damnificada es que alguien —el municipio, el dueño, el universo— se haga cargo. Hasta ahora, silencio de radio.
El dueño del caballo, un tal Palacios que vive fuera de la ciudad, había regalado el animal a su hijo de 16 años. ¿Resultado? La madre del adolescente terminó multada, mientras Verónica pelea por su salud y exige una respuesta. En una ciudad donde las calles parecen transformarse en escenarios del Lejano Oeste, muchos se preguntan: ¿quién es el verdadero responsable de este absurdo y evitable desastre?