DespuĂ©s de años con la ComisarĂa Segunda de QuequĂ©n cayĂ©ndose a pedazos y con la ciudad cada vez más tomada por la delincuencia, el intendente Arturo Rojas parece haber tenido una revelaciĂłn… justo en Ă©poca electoral. De la nada, aparecieron fondos, containers y fotos oficiales para mostrar que “la seguridad es prioridad”. Lástima que durante todo su mandato la prioridad fue mirar para otro lado mientras las paredes se descascaraban y los vecinos vivĂan a merced de los chorros.
Los trabajos, financiados con el Fondo de Fortalecimiento de la Seguridad, llegan como un maquillaje express en plena campaña. No hay que ser adivino para saber que este “avance histĂłrico” es más un spot polĂtico que una polĂtica de seguridad. Porque si realmente les importara la prevenciĂłn, las reformas habrĂan empezado cuando la delincuencia empezĂł a hacer su agosto… y no en agosto, con las urnas a la vuelta de la esquina.
Rojas, acompañado de su equipo de funcionarios sonrientes, posĂł frente a la comisarĂa como si estuviera inaugurando un moderno cuartel de Ă©lite. Lo cierto es que la obra es necesaria, pero llega tarde, mal y con aroma a votos. Mientras tanto, los vecinos siguen encerrándose temprano y la ciudad, a pesar de las promesas, sigue siendo terreno fĂ©rtil para la inseguridad.