En una postal clásica de cada año impar, cuando el olor a urnas empieza a sentirse en el aire, el Municipio de Necochea se acordó —¡oh, casualidad!— de que las veredas existen. Esta vez, el “renacer del cemento” se dio en la intersección de la Avenida 10 y Pinolandia, donde cuadrillas de Servicios Públicos aparecieron con picos, palas y promesas, reparando veredas y sumando rampas de acceso justo a tiempo para que los vecinos piensen que todo está bajo control.
Según informaron con tono heroico desde la Secretaría de Obras Públicas, los arreglos no son aislados, sino parte de una “planificación” (esa palabra mágica que sólo se activa en años electorales). Además de las rampas, los obreros trabajan a contrarreloj rumbo al Jardín Japonés: veredas nuevas, canteros, reposición de árboles, dos banquitos y unas luces para que nadie diga que no se puede caminar con dignidad por el paseo un mes antes de votar.
Desde el Municipio aseguran que es una “puesta en valor” de una zona muy transitada. Y claro, los fines de semana está llena de gente… sacando selfies con los arreglos que en invierno se congelan y en verano se olvidan. Porque en Necochea ya es costumbre: cada campaña tiene su cordón pintado y su baldosa nueva. Pero ojo, ¡no se distraigan! Que si gana la foto, después desaparece la pala.