Un episodio digno de una sitcom pero con final policial se vivió en la mismísima plaza Dardo Rocha, cuando un hombre decidió que los controles de tránsito no eran para él. Ante el pedido de documentación por parte de los agentes, el protagonista del día optó por encerrarse en su vehículo como si fuera la embajada de otro país. Spoiler: no le funcionó.
El insólito hecho ocurrió durante un operativo rutinario. Mientras otros conductores sacaban registro y cédula como corresponde, este individuo prefirió el papel de mártir del volante y convirtió su coche en un búnker rodante. Durante varios minutos, la situación tensó el aire de la plaza como si se tratara de una película clase B… pero sin final feliz para el conductor.
Finalmente, los inspectores —que ya deben tener más paciencia que un monje tibetano— actuaron como indica el protocolo. El auto fue secuestrado y el hombre, notificado por su negativa. Porque una cosa es olvidarse el seguro, y otra muy distinta es armar una escena digna de TikTok creyendo que los controles son opcionales. En Necochea, parece que algunos todavía no entendieron que manejar no te da inmunidad diplomática.