Mientras la ciudad arrastra problemas estructurales y las calles parecen campos de batalla, el intendente Arturo Rojas anunció con sonrisa de campaña un nuevo convenio de leasing con el Banco Provincia. Según él, la jugada servirá para comprar desde un Arco en C para el hospital hasta maquinaria y vehículos. Según muchos vecinos, es otra deuda que terminarán pagando ellos… y que, casualmente, llega en plena temporada electoral.
Rojas presentó el plan como “orden económico y modernización”, pero la realidad es que este es otro crédito más que carga sobre las espaldas de Necochea, un municipio que ya depende peligrosamente de estos préstamos. Y lo que es peor: mientras se multiplican los actos, fotos y anuncios, todo parece apuntar a que parte de estas inversiones funcionan como vidriera para su campaña, financiada —una vez más— con plata de los contribuyentes.
El intendente habla de “beneficios” y “avance histórico”, pero detrás de los discursos y los convenios firmados queda la pregunta que muchos se hacen en la calle: ¿hasta cuándo vamos a seguir endeudándonos para pagar promesas y propaganda política? Porque cuando termine la campaña, la deuda seguirá ahí… y quienes la pagarán serán los de siempre: los vecinos.