Los números no mienten, pero asustan: Cristina Fernández de Kirchner y su banda de condenados por el escándalo Vialidad tendrán que juntar el vuelto de 685 mil millones de pesos para devolverle al Estado lo que, según la Justicia, se robaron con pala mecánica. Sí, leyó bien: seiscientos ochenta y cuatro mil millones, novecientos noventa millones, trescientos cincuenta mil ciento treinta y nueve con ochenta y seis centavos. ¡Y ni un peso con descuento!
Los peritos de la Corte Suprema se pusieron la calculadora al hombro y actualizaron el embargo solidario entre todos los condenados. Lo que antes eran “apenas” 85 mil millones, ahora se disparó a cifras dignas de una película de ciencia ficción fiscal. Y como si fuera poco, el monto deberá ser evaluado por el Tribunal, que seguramente buscará cómo cobrar hasta el último centavo… o por lo menos hacer de cuenta que lo intenta.
Cristina, mientras tanto, sigue cumpliendo su condena con pantuflas, en su casa de la calle San José, lejos de cualquier celda. Seis años de pena, cero de cárcel, y ahora una deuda que ni con el sueldo de todos los jubilados juntos podría saldar. Pero ojo, que en este país siempre hay margen para una apelación… o un recital de victimismo nacional y popular.