En un movimiento que huele más a desesperación que a planificación, el Gobierno de Javier Milei presentó el llamado “Plan de Reparación Histórica de los Ahorros de los Argentinos”. Traducido: quieren que abras el colchón y les cuentes cuántos dólares tenías escondidos. Para lograrlo, van a derogar regímenes de información del ARCA, eliminar controles y ofrecerte un “régimen simplificado” de Ganancias donde no hace falta explicar de dónde salió tu plata. Total, ¿quién necesita transparencia cuando podés hacer clic y quedar en blanco?
El nuevo sistema, que parece más un acuerdo de palabra que una política fiscal, promete no mirar tus consumos, tus bienes ni tus patrimonios. Tampoco te van a preguntar de dónde sacaste esos billetes que tenías enrollados entre las sábanas. ¿La promesa? Presentás lo que querés, pagás lo que te toca y nadie te investiga. Como si el Estado se hubiera vuelto de repente tu mejor amigo y se olvidara de su obsesión recaudadora.
Pero eso no es todo: aumentaron todos los topes para reportar operaciones financieras. ¿Sacás $10 millones del cajero? No importa. ¿Comprás un auto, una casa, o gastás $10 palos con la tarjeta? Silencio absoluto. Todo en nombre de la “libertad”, aunque parezca más una amnistía fiscal disfrazada. El broche de oro: quieren blindar legalmente a los que se sumen, por si al próximo presidente se le ocurre mirar bajo la alfombra. ¿Justicia tributaria o vía libre para los que jugaron en negro? Vos elegís.