La Provincia de Buenos Aires se hartó de esperar. Axel Kicillof, en modo gladiador financiero, le lanza un ultimátum a la Nación y va directo a la Corte Suprema con un reclamo monumental: ¡12,1 billones de pesos! El equipo legal de la Provincia presentará mañana una demanda para recuperar los fondos que, aseguran, Javier Milei les retuvo ilegalmente. Carlos Bianco, vocero y ladero político, tiró la primera bomba: “Queremos que la Corte se despabile y actúe como lo hizo con Córdoba y Santa Fe”.
Con láminas, gráficos y cara de pocos amigos, Bianco explicó el desguace presupuestario: falta de transferencias de ANSES, de fondos para salud, educación, viviendas y hasta programas como Potenciar Trabajo. Según su informe, la deuda es una bola de nieve que crece por la indiferencia del Gobierno Nacional, que —según Katopodis— “se roba la plata de la provincia” y la usa para “dibujar un superávit trucho” con fines electorales. Nada sutil.
La ofensiva legal incluye obras paradas, medicamentos sin entregar y subsidios evaporados. ¿El resultado? Un agujero financiero de tres cifras que dejó a la Provincia tirada y enojada. Kicillof, ya sin filtro, busca que el máximo tribunal obligue a Milei a abrir la billetera. La pregunta ahora es: ¿hasta cuándo la Rosada va a jugar al distraído con el Goliat bonaerense?