Después de un año de allanamientos dignos de película —con dólares apilados, autos de lujo, armas y droga por doquier—, la explosiva causa narco que sacudió Necochea cambió de cancha. El juez subrogante Guillermo Llugdar tiró la pelota al Juzgado Federal y se lavó las manos de una bomba judicial que mezcla cocaína, apuestas ilegales y mucho, pero mucho cash. El fiscal provincial, Carlos Larrarte, no se quedó callado: apeló la decisión y ahora será la Cámara de Apelaciones la que decida quién se queda con el paquete en llamas.
Con siete detenidos por narcotráfico, juego clandestino y arsenal casero, la provincia ya tenía bastante trabajo. Pero cuando apareció el ingrediente estrella —más de 500 mil dólares y 24 millones de pesos sin justificar—, todo cambió. El delito de lavado de activos encendió las alarmas y, como corresponde, pasó a territorio federal. Claro, el juicio por narcos puede arrancar, pero el lavado sigue… en veremos.
Mientras tanto, en los pasillos judiciales, todos cruzan los dedos para que la causa no se derrumbe bajo su propio peso. A días de cumplirse un año de la megaoperación, el expediente todavía está caliente y nadie quiere ser el que lo enfrente cuando explote. Una cosa es segura: los narcos ya están tras las rejas, pero el show legal recién empieza.