💡 Parche cívico: arreglos de último momento para tapar años de abandono en el corazón administrativo de Necochea 🔧

Después de meses con las persianas bajas, el municipio de Necochea apura las obras de reacondicionamiento eléctrico y calefacción para reabrir —con suerte— el Centro Cívico la próxima semana. Una postal repetida de la gestión Rojas: obras que llegan tarde, mal y forzadas por la urgencia más que por la planificación. El propio secretario de Obras Públicas, Juan De La Calle, explicó que tuvieron que cambiar cables, tableros, bajadas de luz y hasta un poste, porque el sistema anterior no daba para más. Claro, después de años de desidia, ahora corren contra el reloj.

El edificio, que debería ser símbolo de institucionalidad y eficiencia, se transformó en otro reflejo del abandono sistemático. Mientras se instalan cables subterráneos y se cruzan los dedos para que la caldera funcione, el municipio intenta mostrar estos trabajos como una gran hazaña. Pero no se trata de innovación ni mejora: es una reparación de emergencia a un edificio que se dejó caer a pedazos, sin mantenimiento ni inversión durante años. Y todo mientras los empleados municipales y los vecinos fueron obligados a peregrinar por oficinas desparramadas en distintos puntos de la ciudad.

El intendente Arturo Rojas, lejos de asumir la responsabilidad por el deterioro edilicio, intenta capitalizar la obra como un logro de gestión. Lo cierto es que el Centro Cívico, corazón administrativo del distrito, estuvo fuera de servicio por pura negligencia. Ahora, a menos de dos meses del inicio de la campaña electoral, aparecen los arreglos y las promesas de “un servicio eficiente”. Tarde. Porque lo que se está haciendo hoy, debería haberse hecho hace años. Y no con apuro electoralista, sino con respeto por la gente.