Las recientemente liberadas Romi Gonen, Emily Damari y Doron Steinbrecher han comenzado a narrar su experiencia de más de 400 días de cautiverio en Gaza. Según informes oficiales del gobierno israelí, las tres mujeres estuvieron retenidas en instalaciones gestionadas por la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA), destinadas originalmente a proteger a la población civil. La revelación ha generado controversia, especialmente porque dichas instalaciones fueron utilizadas por Hamás para trasladar y ocultar a las rehenes.
De acuerdo con las declaraciones de los sobrevivientes y la información difundida por medios israelíes, los refugios y escuelas bajo la supervisión de la UNRWA fueron aprovechados por los secuestradores para evitar ataques de las Fuerzas de Defensa de Israel. Este hecho ha reavivado las críticas hacia la agencia, que ya había sido señalada por permitir el almacenamiento de armas y la construcción de túneles utilizados por el grupo terrorista. Las autoridades israelíes han cuestionado nuevamente la labor de la UNRWA, exigiendo mayor control y responsabilidad en su accionar.
Las tres mujeres están recibiendo atención médica y psicológica en Israel mientras relatan los detalles de su cautiverio. Durante su estadía en Gaza, enfrentaron condiciones extremas, con relaciones que describen heridas atendidas por sus propias compañeras y traslados constantes entre instalaciones. Este caso resalta la necesidad de una revisión exhaustiva de la implicación de la UNRWA en territorios controlados por Hamás, así como de mayores esfuerzos internacionales para evitar que las instituciones civiles sean utilizadas con multas bélicas.