El Secuestro de Ciudadanos Internacionales: La Estrategia de Maduro para Asegurar su Salida de Caracas

Nicolás Maduro, presidente de Venezuela, enfrenta una posible crisis política tras el fraude electoral en las elecciones presidenciales del 28 de julio de 2024, donde resultaron ganadores Edmundo González Urrutia y María Corina Machado. Ante esta situación, el líder caribeño ha optado por una polémica estrategia: el secuestro de ciudadanos extranjeros de países como Argentina, Estados Unidos y España, con el objetivo de negociar su salida segura del país.

El fraude electoral ha puesto en jaque la estabilidad política del régimen de Maduro. La asunción prevista para el 10 de enero de 2025 está rodeada de tensión, con la posibilidad de que la sociedad venezolana se movilice para defender la victoria de González Urrutia y Machado. La historia reciente de la caída de Bashar Al Assad en Siria y su huida a Rusia sirve de antecedente que Maduro busca evitar a toda costa.

Hasta la fecha, se estima que alrededor de 20 ciudadanos de distintas nacionalidades han sido detenidos de forma ilegal por el régimen de Maduro. Estos incluyen:

  1. Agustín Nahuel Gallo (Argentina): Gendarme argentino detenido mientras visitaba a su pareja en Venezuela.
  2. Fabián Buglione (Uruguay): Ciudadano uruguayo residente en Estados Unidos, reportado como desaparecido por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Uruguay.
  3. Renzo Yasir Huamanchumo Castillo (Perú): Guardaespaldas peruano detenido junto a su novia y una amiga mientras visitaba la familia de su pareja.
  4. José María Basoa y Andrés Martínez (España): Dos turistas españoles arrestados en el Amazonas y acusados por el régimen de ser “turistas terroristas”.
  5. Nelson Rony Junior Cubas Mendoza (Perú): Mototaxista peruano detenido junto a su pareja venezolana mientras visitaban a la familia de ésta.
  6. Jorge Marcelo Vargas (Estados Unidos y Bolivia): Ciudadano con doble nacionalidad capturado por presuntamente fotografiar refinerías venezolanas.

Siguiendo el modelo aplicado previamente con Alex Saab, quien fue intercambiado por diez ciudadanos estadounidenses, Maduro busca utilizar a los secuestrados como piezas de negociación. El régimen espera canjear la libertad de estos ciudadanos por una salida segura a Cuba o Rusia.

El gobierno argentino, liderado por Javier Milei, ha desplegado esfuerzos diplomáticos a través de su canciller Gerardo Werthein para liberar a Agustín Gallo. Sin embargo, estos esfuerzos han encontrado obstáculos significativos, como la falta de apoyo de Brasil, Colombia, México y la ONU. La acción diplomática se ha extendido a Francia, aunque con resultados inciertos.

En Estados Unidos, la situación política interna también ha limitado la respuesta. Joe Biden, en su papel de “pato cojo”, enfrenta dificultades para tomar medidas contundentes, mientras que Donald Trump, en plena transición hacia la Casa Blanca, no ha intervenido de forma decisiva.

La estrategia de Maduro de secuestrar ciudadanos extranjeros no solo refleja la gravedad de la crisis política en Venezuela, sino también su intención de asegurar una salida negociada del poder. La comunidad internacional enfrenta el desafío de actuar con firmeza y coordinación para proteger la vida de los secuestrados y evitar que el régimen de Maduro utilice esta táctica para consolidar su posición en el poder o garantizar su fuga a un país aliado.