El presidente ruso, Vladimir Putin, expresó sus disculpas a su homólogo de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, por lo que describió como un “trágico incidente” en el espacio aéreo ruso que involucró a un avión de Kazakhstan Airlines. La aeronave, que transportaba a 67 personas, se estrelló cerca de Aktau, Kazajistán, el pasado 25 de diciembre, dejando 38 muertos y 29 heridos. Aunque Putin evitó confirmar si el avión fue alcanzado por misiles rusos, sí reconoció que las defensas antiaéreas estaban activadas en ese momento, respondiendo a un ataque con drones ucranianos.
Según el Kremlin, el vuelo J2-8243, que viajaba de Bakú a Grozni, fue desviado debido a condiciones climáticas adversas ya la actividad militar en la región. Mientras intentaba aterrizar en Grozni, la aeronave habría quedado en medio de un operativo de defensa ruso. Testimonios de pasajeros supervivientes señalan que hubo una explosión en el exterior del avión antes del accidente, aunque las autoridades rusas no han confirmado estas declaraciones. Putin reiteró sus condolencias a las familias de las víctimas y deseó una pronta recuperación a los heridos.
El siniestro ha generado tensiones diplomáticas entre Rusia y Azerbaiyán, con el gobierno azerbaiyano insinuando que el avión pudo haber sido alcanzado por fuego ruso. Mientras tanto, equipos de rescate y expertos internacionales continúan investigando las causas exactas del accidente. Este trágico evento ha puesto de aliviar los riesgos asociados a la escalada de conflictos en la región y la necesidad de reforzar las medidas de seguridad en el espacio aéreo.