El muelle volvió a rugir en Puerto Quequén con la llegada de un carguero que no pasó desapercibido. El buque Mykonos amarró a mediados de diciembre y activó una operación a bodega completa que dejó números de impacto: decenas de miles de toneladas de cebada listas para salir al mundo, en una postal de cintas, tolvas y ritmo constante.
La mercadería, producida en campos argentinos, tiene como destino final Arabia Saudita, un mercado clave para el comercio de granos. La maniobra, coordinada por una agencia marítima privada, se desarrolló en uno de los giros operativos del puerto y volvió a demostrar la capacidad de la terminal para manejar cargas de gran escala sin frenar la actividad diaria.
Más allá del tamaño del embarque, el movimiento refuerza una tendencia que se sostiene mes a mes: el puerto mantiene un pulso exportador firme que derrama sobre la economía local. Transporte, logística, empleo y servicios se activan cada vez que un buque de este porte entra en escena, consolidando a Quequén como una de las grandes puertas de salida de la producción argentina hacia los mercados internacionales.