El eterno protagonista de los escándalos K, Julio De Vido, vuelve a hacer las valijas rumbo a la cárcel. El Tribunal Oral Federal N° 4 le cerró la última puerta de escape al exministro de Planificación, rechazando su intento desesperado de evitar la prisión por la tragedia de Once, caso por el que debe cumplir cuatro años de condena. Este mismo jueves, a las 8:30, deberá presentarse en Comodoro Py para iniciar el cumplimiento efectivo de la pena que la Corte dejó firme esta semana.
El fallo, firmado “sin margen de negociación” por los jueces Costabel, Basílico y Canero, pulverizó la estrategia de su defensa, que buscaba estirar los tiempos con recursos de urgencia y pedidos de prisión domiciliaria. Ni los argumentos médicos ni los planteos excepcionales convencieron al tribunal, que recordó que solo dos casos permiten suspender una condena: embarazo o enfermedad gravísima. Tras la presentación obligada en tribunales, De Vido deberá incluso conectarse por Zoom para continuar escuchando el avance de la causa Cuadernos, otro capítulo de su interminable prontuario judicial.
Con 75 años y una larga lista de causas que lo persiguen —desde el caso Río Turbio hasta los “trenes chatarra”, pasando por la compra de buques de GNL y el juicio Cuadernos que acaba de reactivarse—, el exministro enfrenta uno de los golpes judiciales más contundentes de su carrera política. Para las familias de las 52 víctimas de Once, que llevan más de una década reclamando justicia, este regreso del exfuncionario al penal es un gesto tardío, pero esperado. Para De Vido, en cambio, es el principio de un nuevo round tras años esquivando la cárcel… y esta vez, sin escapatoria.