El intendente Arturo Rojas volvió a mostrarse en escena, esta vez recibiendo a dirigentes de URGARA y al presidente del Consorcio del Puerto de Bahía Blanca. Como de costumbre, el jefe comunal eligió la foto institucional antes que dar explicaciones a los vecinos sobre los problemas que realmente aquejan a Necochea. Reuniones de despacho, sonrisas protocolares y promesas de proyectos, pero nada concreto para quienes viajan en colectivos caros o caminan por calles destruidas.
Tras el encuentro, Rojas acompañó a la comitiva gremial a la inauguración de una sede en calle 57. Allí se presentaron oficinas, obra social y un centro de formación profesional para recibidores de granos. Un avance importante para el sector, sin dudas, pero que poco tiene que ver con la falta de gestión municipal en áreas clave como infraestructura, seguridad o empleo local.
Mientras los gremios apuestan a la capacitación y al futuro de la región portuaria, el intendente aprovecha cada oportunidad para figurar en eventos ajenos a la administración municipal. Rojas parece más interesado en la foto con dirigentes nacionales que en responder a los vecinos que exigen resultados. En definitiva, otro capítulo de la ya conocida estrategia de mostrar anuncios ajenos para tapar la ausencia de políticas propias.