Milei tras el golpe electoral: se aferra al BID

Javier Milei no perdió tiempo en mover fichas después de la paliza electoral en la Provincia. Apenas pasado el mediodía, se sentó en la Casa Rosada con su ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, para recibir al presidente del BID, Ilan Goldfajn. La reunión, de más de una hora, fue la primera jugada del equipo económico tras la derrota, intentando mostrar músculo frente a un escenario de nerviosismo político y financiero.

El Gobierno se aferra a los USD 3.000 millones que el Banco Interamericano de Desarrollo prometió girar este año, dentro de un paquete mayor de USD 10.000 millones hasta 2028. Sin embargo, en el propio informe del organismo ya suenan alarmas: reservas frágiles, reformas que no avanzan en el Congreso y una pobreza que golpea con crudeza —más de la mitad de los chicos entre 0 y 14 años viven en la miseria. Todo esto mientras los mercados de Wall Street advierten que el oficialismo podría tener que testear los límites de la banda cambiaria.

El plan presentado divide los fondos en tres frentes: ajuste fiscal, liberalización económica y programas para contener la pobreza. Pero ni Milei ni Caputo tienen asegurado el respaldo político ni la paciencia social para aplicar semejante hoja de ruta. Con vencimientos de deuda inmediatos por 700 millones de dólares, lo que se viene no parece un baile de gala, sino un round a puro sudor, con la economía argentina colgada de un salvavidas que cada vez se ve más frágil.