La carrera rumbo a las legislativas 2025 en la provincia de Buenos Aires arrancó con una bomba: el peronismo logró unificar su tropa bajo un nuevo sello, “Fuerza Patria”, mientras Javier Milei directamente absorbió al PRO y una parte de la UCR, dejando a los radicales en modo “sálvese quien pueda”. Así quedó el mapa político tras el cierre de alianzas. En el medio, emergieron frentes vecinalistas, liberales disidentes y la izquierda, como siempre, peleada consigo misma.
Los K, los massistas y los albertistas (sí, todavía existen) decidieron dejar atrás viejos nombres y egos para jugar todos juntos bajo un nuevo rótulo. Mientras tanto, del otro lado del ring, Karina Milei selló un pacto de sangre con el PRO y hasta le birló algunos correligionarios al radicalismo, que terminó quebrado. El flamante frente libertario irá a las urnas con un tono violeta, bien a lo Willy Wonka, pero con motosierra en mano.
Y en la tercera esquina del cuadrilátero, los radicales que no se dejaron tentar ni por el kirchnerismo ni por el anarcoliberalismo lanzaron su propio engendro: “Somos Buenos Aires”, un intento de tercera vía con olor a socialdemocracia vencida. La izquierda, cómo no, va por separado: FIT-U por un lado, Nuevo MÁS por el otro. Mientras tanto, la polarización avanza, los sellos se multiplican y los votantes se preguntan si alguna vez van a dejar de cambiarle el nombre al mismo circo.