Una nueva jugada industrial sacude la costa bonaerense: se viene una mega planta de malta en Quequén y la Provincia abrió el micrófono para escuchar qué opina el pueblo. Bajo la bandera de la “participación ciudadana”, el Gobierno bonaerense lanzó una consulta pública para que vecinos, ambientalistas y cualquier alma preocupada puedan meter cuchara en el debate sobre los efectos ambientales del proyecto. Dicen que la fábrica generará trabajo, pero también promete chupar agua del subsuelo y del río como si no hubiera un mañana.
El plan, impulsado por la empresa Malten S.A., ocupará 13 hectáreas dentro del parque industrial local. ¿La promesa? Hasta 600 empleos directos en plena construcción y un empujón económico para la zona. ¿El temor? Que el sueño de una Quequén productiva termine siendo una pesadilla hídrica y ambiental. El estudio de impacto ya reveló que los efluentes líquidos serán tratados antes de liberarse al sistema pluvial, pero muchos se preguntan: ¿quién controla eso? ¿Y qué pasa si algo sale mal?
Los vecinos tienen tiempo hasta el 15 de julio para decir lo suyo. La movida se puede seguir y participar a través del sitio del Ministerio de Ambiente bonaerense. Hay que dejar nombre, ocupación y documento, pero sobre todo, dejar clara la postura: ¿desarrollo a cualquier costo o progreso con conciencia? La malta todavía no se sirve, pero la discusión ya está que hierve.