La justicia volvió a soltarle la mano a la sociedad: Raúl Alejandro Lozano García, el camionero que manejaba sin luces ni registro el vehículo que mató a un médico y a su hijastro en la fatídica Ruta 88, fue excarcelado pese a tener dos causas por robo y una condena firme por agredir brutalmente a su ex pareja. ¿Cómo puede alguien con este prontuario volver a circular impune por las rutas del país?
La tragedia ocurrió en uno de los tantos tramos siniestros de la llamada “ruta de la muerte”, que une Necochea con Mar del Plata y acumula víctimas como si fuera una autopista al infierno. Diego Quirós, un médico de 46 años, y su hijastro Iñaki, de solo 6, murieron al impactar contra un acoplado fuera de todo reglamento. El camión, como si fuera poco, estaba en condiciones deplorables. Pero el Juzgado de Garantías N°1 de Mar del Plata consideró que Lozano García podía esperar el juicio en su casa.
La decisión judicial encendió la bronca de la familia Quirós y puso al fiscal Rodolfo Moure en pie de guerra: ya apeló la excarcelación y advirtió sobre el riesgo de fuga. El hijo del médico, destrozado, fue lapidario: “Ese tipo decapitó a mi papá”. Mientras tanto, la sociedad se pregunta lo obvio: ¿cuántas muertes más hacen falta para que se deje de premiar la reincidencia y la violencia con libertad?