En una jugada que huele más a cálculo político que a convicción sindical, la CGT decidió este martes no sentarse con el Consejo Nacional del Partido Justicialista para coordinar la marcha que apoyará a Cristina Kirchner, pero tampoco se animó a romper del todo: no habrá paro general, aunque sí libertad para que cada gremio haga lo que le plazca. Así, mientras algunos sindicatos se preparan para movilizarse a Comodoro Py si la ex presidenta va a declarar, otros optarán por mirar desde la tribuna.
La cumbre cegetista se llevó a cabo en la sede de la Federación de Sanidad, donde los popes sindicales coincidieron en criticar al PJ por la “improvisación” en la convocatoria. Con una mezcla de reproches, indiferencia y cautela, los gremios más poderosos evitaron el paro total para no tensar la cuerda con el Gobierno, pero tampoco dejaron sola a Cristina, en caso de que decida presentarse ante la Justicia.
Lo que queda claro es que la CGT juega su propio partido. Ni con el PJ ni sin Cristina, el triunvirato sindical busca sobrevivir a la tormenta sin mojarse demasiado. Mientras tanto, la ex mandataria, condenada por corrupción en la causa Vialidad, sigue despertando lealtades dispersas y apoyos ambiguos, incluso dentro de su propio bando.