Lo que prometía ser una sesión tranquila terminó con gritos mudos y puñales por la espalda. En el Concejo Deliberante de Necochea, una minuta sobre el contrato del transporte público rompió la aparente armonía del Interbloque de Unión por la Patria, dejando al descubierto una feroz interna entre concejales que hasta ayer se mostraban abrazados en las fotos. El autor del “bombazo” fue Mauro Velázquez, que pidió saber qué diablos pasa con el contrato de la empresa de colectivos… y se encontró más solo que chofer sin subsidio.
El asunto escaló rápido: dos compañeros de bancada —Julián Kristiansen y Evangelina Almada— se cruzaron de vereda y votaron junto a Nueva Necochea para frenar la jugada, defendiendo la “institucionalidad” como escudo. Velázquez, lejos de quedarse callado, tiró munición pesada recordando que algunos de ellos supieron manejar el área de Transporte desde el Ejecutivo y, según dijo, “no respondieron nunca un pedido de informe”. Traducción: “se hacen los serios ahora que están del otro lado del mostrador”.
El voto dividido en el bloque K dejó heridos, y las cicatrices políticas ya se ven a simple vista. Mientras tanto, la ciudad sigue sin respuestas claras sobre su sistema de transporte, y el Concejo, entre reconocimientos culturales, campañas de vacunación y nombres de museos, no logra evitar lo obvio: los peronistas están más peleados que nunca… y encima en público.